10 CLAVES PARA SOBRELLEVAR MEJOR EL TELETRABAJO

En el artículo anterior, TELETRABAJO: RIESGOS E IMPLICACIONES PSICOLÓGICAS, abordé los principales riesgos asociados al teletrabajo y algunas de sus implicaciones en el plano psicológico, haciendo énfasis en la importancia de tomar medidas de prevención para proteger a los empleados.

Como comentaba en dicha publicación, el trabajo a distancia ofrece múltiples ventajas, pero también comporta ciertos riesgos que no debemos ignorar. Visto que esta forma de trabajo está in crescendo y se prevé que la tendencia continúe, hoy expongo algunas recomendaciones que pueden facilitar la adaptación de los empleados al teletrabajo, protegiéndolos de sus principales riesgos y evitando así que su equilibrio psicológico se vea afectado por el mismo.

1. Estar informado de los riesgos y medidas de protección
No solo es fundamental, sino también una obligación para los empresarios, que los trabajadores estén bien informados de los riesgos asociados al trabajo que realizan, así como de las medidas que deben adoptar para protegerse de los mismos (Directiva 89/391/CEE). Es importante conocer cuáles son los riesgos a los que nos enfrentamos para poder prevenirlos y hacerles frente, así como la manera de hacerlo para que la prevención de los mismos y nuestra respuesta ante ellos sea eficaz.

2. Utilizar TIC’s adaptadas al trabajo que se vaya a desempeñar
Con el objetivo de reducir los factores de estrés para el empleado, las TIC’s (tecnologías de la información y la comunicación) que se utilicen deben estar bien adaptadas al trabajo que éste vaya a realizar. Por otro lado, sería interesante la implementación de sistemas de desconexión automática en ciertas TIC’s, siempre y cuando esto fuera posible, con la intención de prevenir la dependencia de los empleados a las mismas.

3. Hacer pausas durante la jornada laboral
Las pausas son necesarias e incluso promueven la productividad del empleado al contribuir a reducir los niveles de estrés y favorecer la concentración. Despejar la mente haciendo una pausa nos ayuda a trabajar de manera más eficiente, pues contribuye favorablemente a nuestro bienestar psicológico en el trabajo. Por lo general, se suele recomendar hacer una pausa de 10-15 minutos cada dos horas.

4. Llevar a cabo reuniones de manera regular
El trabajo a distancia nos priva de cierto contacto social y esto puede llegar a afectarnos psicológicamente, especialmente porque gran parte del día solemos estar trabajando. El hecho de mantener reuniones con nuestros compañeros de trabajo nos permite interactuar y alimenta el sentimiento de estar vinculado a un grupo, ayudando a que nos sintamos menos solos. Por otro lado, el hecho de estar en contacto frecuente con los compañeros puede hacernos sentir más apoyados y más seguros de lo que hacemos, en especial si recibimos respuestas positivas al respecto. Estas reuniones nos permiten también resolver ciertas dudas y superar acompañados algunas dificultades ligadas al trabajo, evitándonos así experimentar un estrés añadido e innecesario.

5. Expresar las dificultades
Cuando uno trabaja desde casa, las dificultades que experimenta en relación al trabajo pueden fácilmente pasar desapercibidas ante los ojos de superiores y compañeros si no se comunican, lo cual puede generar mucho estrés y sufrimiento en el trabajador. Es importante que hablemos, que hagamos saber cuándo algo nos está resultando difícil y que pidamos ayuda cuando la necesitamos. El hecho de pedir ayuda en determinados momentos no habla negativamente de nuestras competencias, ni significa que seamos tontos o inútiles. Ninguno puede ser experto en todo y todos vamos a encontrar dificultades en algún momento. Es mucho más práctico y beneficioso para nosotros mismos que solicitemos la ayuda que nos va a permitir avanzar saludablemente, a que nos callemos y contengamos en nosotros la dificultad, además de todo el sufrimiento que nos genera. Esto es algo que sería interesante que la empresa recordase a sus trabajadores.

6. Establecer un lugar de trabajo dentro de casa
Cuando tenemos bajo el mismo techo la vida laboral y doméstica, es recomendable que las separemos atribuyéndoles un espacio diferente en el hogar a cada una. El hecho de delimitar la zona laboral y la doméstica va a marcar una diferencia clara en el espacio del hogar, que se va a reflejar también en nuestra mente, y va a introducir orden en nuestra vida. Dicho de otro modo, al disponer de dos zonas en las cuales se ejecutan tareas de naturaleza diferente, nuestro cerebro va a asociar cada uno de los espacios a las tareas que allí se realizan, facilitando en nosotros una actitud de predisposición a las mismas y evitándonos mezclar tareas de los dos ámbitos en simultáneo. Así pues, podremos trabajar más fácilmente al estar en nuestro espacio de trabajo y lograremos desconectar con mayor facilidad al disponer de una zona destinada al descanso, a la recreación y demás actividades del hogar. Por lo tanto, si dispones de una habitación extra que puedas reservar para el trabajo, perfecto, pero si no, bastará con un rinconcito de la casa, que esté destinado solo a eso y que esté protegido de las distracciones del hogar, idealmente.

7. Respetar los horarios de trabajo y de vida personal
Darle estructura a nuestra jornada, estableciendo horarios de trabajo y de tiempo personal que se respeten, se vuelve algo fundamental cuando trabajamos desde casa. Delimitar bien el tiempo que vamos a invertir en el trabajo y el que dedicaremos a nuestra vida personal nos va a permitir organizarnos para poder compaginar las actividades de ambas esferas de forma más armoniosa. Por otro lado, al tener nuestro día planificado, tomaremos conciencia del inicio y del fin de nuestra jornada laboral con mayor facilidad, lo cual podría ayudarnos a evitar permanecer anclados al trabajo indefinidamente. Si lo que te resulta difícil es respetar los horarios establecidos, puedes ayudarte utilizando agendas o planificadores semanales, que conviene mantener siempre a la mano, y también puedes hacer uso del teléfono móvil para fijarte alguna alarma que te recuerde cuándo es el momento de pasar a otra cosa. Busca la estrategia que a ti más te convenga, pero organiza tu día y respeta el planning que has establecido.

8. Estructurar la jornada laboral
Complementando el punto anterior, algo que puede resultar de gran ayuda al empleado que trabaja desde casa es organizar su jornada laboral acordando un tiempo para cada tarea. Al organizar nuestras actividades laborales y establecer un horario para cada una, nos resultará más fácil cumplir con ellas y nos dará la sensación de tener un mayor control sobre las mismas, ayudándonos también a mantener a raya el estrés.

9. Disponer de tiempo personal de calidad
Especialmente en el contexto del teletrabajo (pero no solo), es importante que tengamos “una vida” más allá del trabajo, que incluya recreación, contacto social, salidas al exterior y algo de ejercicio. En otras palabras, es importante que llevemos una vida equilibrada, que nos resulte placentera y saludable. Esto nos va a ayudar a liberar la mente de tensiones emocionales que hayamos acumulado durante el día y nos permitirá lidiar mejor con los problemas cotidianos y asociados al trabajo. Relacionarse, divertirse y oxigenarse, tiene más importancia de la que le solemos atribuir.

10. Mantener una higiene de vida
Cosas tan elementales como la higiene personal, el descanso y la alimentación, pueden fácilmente descuidarse cuando trabajamos desde casa, lo cual significa desatender nuestra salud física y mental. Efectivamente, asearse, descansar lo suficiente y llevar una alimentación equilibrada son actividades de la vida cotidiana que influyen, además de en nuestra salud física, en nuestra salud mental, pues suponen dedicar tiempo y atención a cuidar de uno mismo. Por lo tanto, planifícalo a diario haciendo hueco en tu agenda para tu cuidado personal.

Espero que estas diez recomendaciones te resulten interesantes y te animes a ponerlas en práctica.

Dicen que la salud no se valora hasta que llega la enfermedad. Seamos entonces conscientes de ello y adelantémonos tomando precauciones, pues más vale prevenir que curar.

¡Feliz semana!

Ana Isabel García-Izquierdo Peribáñez

Psicóloga y psicoterapeuta

Graduada en psicología, especializada en psicología clínica y psicopatología integrativa por la Universidad Paris Descartes (formación académica, profesional y de investigación), psicoterapeuta con un enfoque integrativo certificada por la ARS de Île de France y Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia.

Derecho de la Union Europea, Directiva 89/391/CEE del Consejo: medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores en el trabajo

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